miércoles, 30 de septiembre de 2015

CLXI

Solemne
Llamarada llamada
Flamante amante
Incisivo ladino

El espacio que ausenta el viento
La salvación que presencia la risa
Los gritos enloquecen 
Llegué para vernos caer
Al fondo del pasillo
Líneas curvas
Salió el sol
Músculos contraen
Me estoy llevando
Esquivo

Posan nombres sobre mi piel

Olvidos atraviesan mi garganta
El amor me ha muerto

Si era la luminosidad o la musicalidad de tus palabras

Lo que quemaba.



Stéphanie Pau Tombetta

martes, 15 de septiembre de 2015

Voces

Hijos de una generación con miedo a desaparecer caer ser.

Quienes se van para irnos. ¿Seremos? Si nos dejaron idos.

Nacidos en el seno de lo desastroso.

De horror herederos. 

Recipientes de una contradicción incapaz de resolver. Epicentro insignificante de todas las tormentas de la existencia.

Sólo punto de origen y raudo olvido. ¿El relegamiento nos contiene? Siempre de absurdo.

Deprimidos.

Reprimidos, te grito, ¡no me escuches!

Supeditados a la indiferencia impuesta por lo mayor.

Hoy ya no alcanzo a vernos. Alguna vez lo hice: átomos disgregados, mas sujetos, sólo invitados al ceñimiento. 

Todo esto nos constituye y lo negamos a partir de ahora.

¿Será que llegamos de la mano de la demora? Qué importa aquel detalle, si ya supimos ser la nota al margen. Ahora, ¡ya!, seamos fruto de refutación.

Que lo disruptivo, claro está, es la sensibilidad, la empatía, la hermandad.

La urgencia de volvernos a la mirada: devolvernos. Ser-nos.

Atravesemos la virtualidad que nos acerca a lo lejano imposible. Convivamos escribiendo, dibujando, actuando, fotografiando.

Contagiémonos de «vos», que lo inter- sea nuestra enfermedad. Y, quién te dice, acaso también nos podemos llenar con nuestros vacíos.

Bailemos siguiendo el ritmo no siempre perceptible, las cicatrices nos marcan el compás.

Lo que sangramos nos llama a bailar, nos canta, nos cuenta. ¡No nos detengamos! Desde lo imperceptible, lo invisible, lo intangible, nos podemos rozar. No volvamos a invisibilizar.

En fin, no digo nada nuevo, sólo lo proclamo.

Proclamar, resignificar. Deconstruir-nos-.

Siéntanse libres de odiarme como ya lo hago yo. Siéntanme.

Emerge el duelo, duelo de una sola cara. Me dolés. Lo siento. Te siento. 



Stéphanie Pau Tombetta

jueves, 10 de septiembre de 2015

#

No hace falta

Es que la ropa ya no me viste
Es que los cuerpos ya no son espacios
—¿alguna vez lo habrán sido?—
Es que las palabras ya no me dicen
Es que las horas ya no me encuentran
Es que el temor ya no sujeta
Es que el descanso ya no tiene reparo
Es que el silencio ya no enmudece
—en vano, intenté callar y callarlo—
Es que ya veo todo y veo nada
Es que ya no distingo si día o noche
Es que ya no soporto la espera
Es que ya no necesito excusas
Es que ya no hay porqué 
Es que nunca hubo para qué
Es que nací un día y morí
Es que la consciencia elige
Es que durante este último durante 
¡Elijo!
Una canción
Un recuerdo
—una sonrisa— 
¡Por fin!
Mi entera ausencia.


Stéphanie Pau Tombetta

martes, 8 de septiembre de 2015

CLX

¡Ey!

Es la ufanación de tu mirada

donde mueren silencio y palabras:
¡somos la voracidad del viento!

Nos cerré en esta brisa de encuentro para abrirnos paso al vuelo.
Pérdida de gravedad y destierro; volarnos, colisionarnos, desdibujarnos.
Que vos en mí y yo de vos yo ya no sé.
¡Ah! ¡Tu mirada! Me quema.
Aun sin mirarte, te miro.
Vos permanecés intacta.
Te vuelo, ni ausencia ni viento.
Aún me hago falta.
Vos permanecés intacta.

Es la supensión el suelo del caduco umbral.
Sin fronteras, trascendencia de mi imaginario,
que bruma de vos, febril, me abrasa.

En mi plexo solar,
la curvatura de tu decir
que al mío desborda
y no hay caudal,
si vos no asomás
preciso: arrasás—.
Es tu vuelo mi vuelo,
se aja mi planear.

Pleamar
te.



Stéphanie Pau Tombetta